Psicosíntesis
- http://alcione.cl/
- 10 ago 2015
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Una Técnica para el Uso de la Intuición.
Empezamos asumiendo que existe la intuición como una función psicológica independiente y específica. Fue denominada por Jung como una función irracional: este término no simboliza algo contrario a la razón, sino que algo que está fuera del ámbito de la razón.
La consideraremos principalmente en su función cognitiva; es decir como un órgano (mental) o un medio mediante el cual aprehender la realidad. Es una función sintetizadora, en el sentido de que capta la totalidad de una situación determinada o de una realidad psicológica. No funciona de la parte al todo, como lo hace la mente analítica, sino que capta una totalidad directamente en su existencia viviente. Puesto que es una función normal de la psique humana, su activación se produce principalmente eliminando los obstáculos que impiden su uso.
La intuición es una de las funciones menos reconocidas y apreciadas, e incluso una de las reprimidas. Es reprimida por un mecanismo parecido al de la represión de los impulsos inconscientes, pero la motivación es distinta. La represión de la intuición es producida por una falta de reconocimiento, por una desvalorización, negligencia y pérdida de conexión con las otras funciones psicológicas. De acuerdo con este último punto, para que la intuición sea un verdadero proceso cognitivo, implica no sólo el uso de la intuición sino también su inteligente aprehensión, interpretación e inclusión dentro del existente cuerpo de conocimiento.
Es necesario hacer una distinción definida entre la llamada intuición cotidiana y la verdadera intuición espiritual. Por ejemplo, la intuición descrita por Bergson estaría predominantemente en los niveles personales, mientras que la intuición de acuerdo a Plotino es una intuición puramente espiritual. La intuición de acuerdo a lo descrito por Jung estaría en ambos niveles. Para nuestros prácticos y limitados propósitos, tomaremos la actitud de Jung, y hablaremos de la intuición fundamentalmente como una función que puede estar activada en diferentes niveles, asumiendo diferentes aspectos pero permaneciendo fundamentalmente igual.
Objetivo
El objetivo de activar la intuición es la de poner a disposición del individuo una función de gran valor, que permanece por lo general latente y sin uso, manteniéndolo incompleto en su desarrollo. Otro objetivo es el de ofrecer un instrumento de conocimiento y de aproximación a la realidad, y además un medio de relaciones interpersonales a través de la comprensión intuitiva de otros seres humanos. Adicionalmente, ayudarlo a discriminar entre una intuición genuina y una falsa o una supuesta intuición, siendo esta última generalizaciones sentimentales o nociones imaginativas sin ningún fundamento en la realidad.
Fundamentos
Así como con cualquier otra de las cuatro funciones de que habla Jung, la intuición es una experiencia psicológica. Toda persona que siente tiene emociones, experimenta como un contenido inmediato de su consciencia la emoción o sentimiento, que no busca ninguna demostración de su existencia. Lo mismo ocurre para la función de percibir y la de pensar. Hay personas de bajo desarrollo psicológico, que realmente nunca piensan en el real sentido de la palabra, y a los cuales sería inútil tratar de demostrarles la existencia del pensamiento y del trabajo de la función de pensar y, sin embargo, el pensar existe. El mismo razonamiento sirve para la intuición. Cualquier persona que sea intuitiva, y que haga uso de la intuición espontánea y naturalmente, experimenta lo que no necesita de explicación o demostración alguna.
La esencial diferencia entre conocer por medio de la intuición y el conocer por medio de las funciones de pensar, sentir o percibir, es que la intuición tiene las siguientes características: es inmediata y directa, no mediata y progresiva como el pensamiento, es sintetizadora u holística, es decir, es una aprehensión inmediata de una totalidad, se podría decir de una Gestalt, y no de partes diferentes, colocadas juntas a posteriori para formar un todo. La intuición en su más pura manifestación está desprovista de sentimiento en el significado corriente de la naturaleza de la emoción, considerada como una reacción cálida de la personalidad, ya sea positiva o negativa, hacia el objeto percibido. La intuición, así como las otras funciones psicológicas, puede ser activada, siguiendo la ley general de que la atención e interés fomenta su manifestación. Se ha dicho que la atención tiene poder de nutrir; y tiene también un poder de concentración. Uno incluso podría decir que tiene el poder de evocar, y que la atención realmente implica apreciación y por lo tanto valoración.
Procedimiento
El primer paso es de carácter negativo, la verificación cada cierto tiempo o la eliminación del campo de la consciencia de otras funciones que generalmente tienen una actividad espontánea e ininterrumpida. Constantemente sensaciones percibidas del mundo exterior o del interior del cuerpo interfieren en el campo de la consciencia; con las reacciones emocionales sucede lo mismo, y, a menudo, la mente está sobreactiva e indisciplinada. Todos estos obstáculos, llenan el campo de la consciencia, y hacen que la entrada o el reconocimiento de las intuiciones se haga imposible o muy difícil. Por esto es necesario llevar a cabo lo que podríamos llamar una limpieza psicológica del campo de la consciencia. Dicho metafóricamente, es preciso asegurarse que la pantalla de proyección esté limpia y blanca. Esto permite en el sujeto una receptiva apertura de la consciencia hacia – o un llegar activo a – esa verdad o sector de la realidad con el cual él busca entrar en contacto para la solución de un problema humano o de conocimiento. El segundo paso es entonces posible, en él se espera pacientemente el resultado de la aproximación, este acercamiento que en casos exitosos llega a ser un contacto y aún una identificación del sujeto con la experiencia de la realidad o de la verdad buscada.
En este proceso enfatizamos la necesaria cooperación de la voluntad: deus ex machina. En toda técnica el dios está detrás de la máquina y aquí es la voluntad. Así como en la primera parte del procedimiento, que decía relación con el aquietamiento o limpieza de la consciencia, hay una acción consciente y activa de la voluntad, así también en la segunda parte, la de la relajación y de tranquila espera, la voluntad continúa funcionando, aunque en forma más sutil, es decir, como permaneciendo en el trasfondo. Esto es así porque, para mantener una actitud de relajación y aquietamiento – no algo que sea puramente pasivo – la voluntad es todavía necesaria, para actuar, metafóricamente, como el observador en la puerta de la consciencia que evita el acceso a intrusos.
Para aclarar más la diferencia entre la acción de la voluntad en la primera y en la segunda etapa, podríamos decir que en la primera instancia la voluntad arroja activamente a los ocupantes de la habitación de la consciencia y que en la segunda, la voluntad meramente vigila la puerta para que ningún intruso pueda entrar.
Una característica de las intuiciones es que ellas son transitorias y, curiosamente, olvidadas con facilidad, a pesar del hecho que cuando entran en el campo de la consciencia son muy vívidas, y el sujeto no piensa que pueda o quiera olvidarlas fácilmente. Estas intuiciones pueden ser comparadas con un pájaro extraviado entrando en una habitación, circulando rápidamente alrededor de ésta, y luego de unos pocos segundos volar a través de la ventana. La deducción práctica de esta característica de volar es el escribir inmediatamente cualquier intuición que pudiéramos tener. Particularmente cuando recordamos el efecto distorsionador del tiempo en todos nuestros recuerdos. También, por supuesto, es un correcto procedimiento científico el escribir inmediatamente y con precisión la supuesta intuición para ser verificada posteriormente.
Antes de usar la técnica con pacientes, el primer requerimiento es evaluarla, para lo cual le solicitamos al paciente que nos cuente si alguna vez ha tenido alguna intuición. Si ha sido así, preguntarle si la ha considerado digna de confianza o no; o cual es su reacción hacia sus intuiciones, las ha sobrevalorado o se ha sentido superior debido a una supuesta habilidad intuitiva?. De acuerdo con las reacciones del paciente el acercamiento será modificado. En el primer caso, en el que se ha cuestionado el hecho de la posibilidad de intuición, su valor debe ser enfatizado y se deben dar ejemplos de ella; en el segundo caso, de sobrevaloración, la diferencia entre intuición y corazonadas o vuelos imaginativos, debe ser explicada y enfatizada.
Si el paciente al comienzo de la terapia hace un recuento de las experiencias intuitivas, esto claramente indicará la oportunidad de empezar a tratar el tema con él. Si por el contrario, el paciente no muestra evidencia de actividad intuitiva es mejor posponer el intento de tratar este sutil y difícil tema hasta que el tratamiento lo requiera, generalmente en una etapa posterior.
Indicaciones y su aplicación
La aplicación general es para casos en donde el paciente está buscando obtener conocimiento en su más completo sentido psicológico. Sólo la intuición entrega un conocimiento psicológico completo de nosotros mismos y de las demás personas. Siempre que uno quiera llegar a una verdadera comprensión de la esencia de la cualidad específica de un ser humano, o de un grupo, o de relaciones humanas, el uso de la intuición es indicado y aún necesario.
Un campo general para su aplicación es en la evaluación, porque una evaluación profunda es a menudo el resultado de una percepción intuitiva de la esencia o propósito de una persona, de una actividad, o de una situación. Entonces, así como con cualquier otra intuición, esta evaluación debe ser verificada y examinada a través de otras funciones, como la de un análisis crítico; pero uno podría decir que la intuición es el órgano específico de la función psicológica para lograr una comprensión y una evaluación correcta.
Otro amplio campo de aplicación es en las ciencias. También puede ser usada para encontrar la verdad por medio de la síntesis, una verdad que tenga un valor universal o general, como sería un principio, una ley, o un método o procedimiento, aún si es aplicado en un problema específico.
De acuerdo a indicaciones específicas hay que recordar que lo primero es el psicoterapeuta. No se puede concebir a un terapeuta verdadero y exitoso que no haya desarrollado y que no use la intuición. Por esta razón, a esta técnica se le debería dar una atención especial en toda psicosíntesis que sea didáctica. Y por supuesto esto también es aplicado a los educadores tanto como a los terapeutas. En relación a la educación, los niños y los adolescentes generalmente tienen una intuición muy activa, debido a que no está bloqueada o interferida por la sobreactividad de otras funciones. Es por esto, que en educación, la intuición debería ser utilizada en las primeras etapas.
El uso de la intuición es mucho más necesaria en las personas intelectuales o sobreintelectualizadas; en aquellos que poseen una mente muy activa o sobreactiva; pero específicamente para aquellos que se encuentran identificados con su mente y que se sienten orgullosos de su inteligencia. Estos intelectuales a menudo tienen un desarrollo muy desproporcionado y una gran necesidad de psicosíntesis, además de la activación de las otras funciones, las cuales, como mencionáramos anteriormente, muy a menudo permanecen sin ser desarrolladas. Incluso la función de la sensación puede ser deformada por el intelectualismo, la naturaleza del sentimiento, es a veces vergonzosamente suprimida, con la voluntad prácticamente inexistente. Esta última deficiencia es compartida con la mayoría de los seres humanos.
En contraste, tenemos algunos casos, especialmente entre las mujeres, en donde la intuición está activa pero de una forma indiscriminadamente ruda; en un sentido técnico, es impura. Las indicaciones en este caso serían refinarla, purificarla, y separarla de elementos heterogéneos,
Limitaciones y contraindicaciones
El límite, que también se aplica a todas las otras técnicas y al uso de todas las otras funciones, pero que debe ser reiterado una vez más, es que el uso separado de cualquier función, dará un resultado sólo limitado y desproporcionado. Sólo en la cooperación y en el uso sintetizado de todas las funciones humanas es donde se logrará éxito, ya sea en el conocimiento o en la acción. Es por esto, que en el caso de la intuición será de gran valor sólo si se usa en forma conjunta con las otras tres funciones psicológicas ( pensar, sentir, percibir).
La contraindicación aparece en el caso de ciertos tipos que están demasiados predispuestos para ser afectados o impresionados por corazonadas, o por imaginaciones de un pretendido conocimiento, debido a que no tienen suficiente capacidad mental para poder ejercitar la necesaria discriminación y para desarrollar la fina habilidad para distinguir entre la intuición verdadera y la falsa. En estos casos, el desarrollo de la intuición deberá posponerse hasta llegar a la etapa en que las otras funciones complementarias y suplementarias hayan sido debidamente cultivadas. Aquí nos encontramos con la necesidad de ser capaces de verificar la validez de una intuición y saber como hacerlo.
La combinacion con otras técnicas
La combinación más importante es la de una actividad mental controlada y una capacidad mental de discriminar. Para usar una analogía, es un necesario y difícil matrimonio. A menudo es un matrimonio tormentoso que a veces termina en divorcio. Algunos ni siquiera lo llegan a considerar. Se contentan con usar sólo la intuición o sólo el intelecto. Aun cuando intentan comenzar este matrimonio se presentan diversas dificultades: en algunos casos una de las partes es muy autoritaria y devalúa y mantiene a la otra parte en sumisión. Cualquiera de las dos puede cometer este error, con todas las desventajas de la represión que trae consigo una manifiesta o latente rebelión. En otros casos hay una oscilación, una lucha entre las dos partes en la cual temporalmente una o la otra prevalece.
Muchos intelectuales se sienten de una u otra forma temerosos cuando una intuición interfiere en sus procesos de pensamiento. Desconfían de ella y la tratan en forma frívola; consciente o inconscientemente.
Para hablar en forma más directa de la verdadera relación que existe entre la intuición y el intelecto, la intuición es el avance creativo que nos lleva hacia la realidad. El intelecto necesita: Primero, desempeñar la valiosa y necesaria función de interpretar, de traducir, verbalizando en términos mentales aceptables, los resultados de la intuición. Segundo, verificar su validez. Tercero, coordinarla e incluirla en el contexto del conocimiento ya aceptado. Estas funciones son la correcta actividad del intelecto, sin tratar de asumir funciones que no le corresponden. Puede ser lograda perfectamente una fina relación armoniosa entre ambos, la que iría funcionando en un ritmo alternado: una percepción interna intuitiva, su interpretación intelectual, una siguiente intuición, su interpretación, y así sucesivamente.
Roberto Assagioli
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